Una conducción eficiente nos aporta ventajas importantes en el ahorro de combustible y en la vida útil de nuestro vehículo. Además reducimos las emisiones de CO2 y las probabilidades de accidentes.
Conducción eficiente
En primer lugar debemos poner en marcha nuestro vehículo de forma óptima, para ello debemos arrancarlo siguiendo estas pautas:
Apagar cualquier dispositivo eléctrico de vehículo como aire acondicionado, luces, equipo de música… Algunos vehículos modernos desconectan en el momento del arranque estos dispositivos, pero es conveniente tener esta precaución para cuidar nuestra batería y consumir menos energía en el arranque.
Arrancar el vehículo con el embrague pisado. Esto además de ser más seguro, facilita el proceso de arranque, sobre todo en frío.
- No pisar el acelerador al arrancar. La mayoría de los vehículos ya controlan electrónicamente la cantidad de combustible a inyectar en el arranque.
- Una vez arrancado el vehículo, podremos comenzar la marcha inmediatamente si es de gasolina, o será conveniente esperar unos segundos al ralentí si se trata de un diesel
- La primera marcha sólo se debe usar para la salida del vehículo en parado, pasando a la segunda marcha a los pocos metros de salir.
Hasta que nuestro vehículo no haya alcanzado su temperatura de régimen, no debemos mantener las revoluciones bajas para evitar dañar el catalizador.
Para una conducción eficiente, una vez alcanzado el régimen de temperatura de régimen, no debemos someter al motor a un alto nivel de revoluciones por circular en marchas cortas. En los motores de gasolina se debe pasar a una marcha más larga entre las 2000 y 2500 rpm y en los motores diesel entre las 1500 y 2000 rpm.
Circular en marchas largas consume menos combustible aunque circulemos en ciudad.
Debemos mantener una velocidad constante y uniforme intentado evitar frenazos y acelerones, además, una velocidad moderada reduce considerablemente el consumo y la emisión de CO2
En las bajadas, rodar con la marcha engranada sin acelerar hace que el consumo sea inapreciable, ya que los vehículos cortan el suministro de combustible al mínimo.
Es importante frenar de forma suave y reducir de marcha lo más tarde posible para evitar que sea el motor el que reduzca la mayor parte de la velocidad. Esto alargará la vida del motor y de la correa o cadena de la distribución.
Una vez parados, si el vehículo va a permanecer detenido más de un minuto, es aconsejable apagar el motor para evitar emisiones, consumo innecesario y calentamiento del motor al no refrigerar con el aire de la marcha.
Como medidas generales y de seguridad, ser previsor con las posibles situaciones de la circulación, nos evitará frenazos, acelerones y sustos. Mantener la distancia de seguridad y reducir la velocidad en situaciones que no veamos claras aumenta considerablemente la seguridad y el confort en la conducción.
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